¿Qué te inspira a crear ?
Soy una artista muy heterogénea en su producción y en los materiales que utiliza.
Mi inspiración pasa por algo que me golpea como una Muestra de Distéfano sobre desaparecidos que me llevó a hacer las máscaras mortuorias.
¿Cuál es el motor de tu creatividad?
Un artículo en París sobre un chico ahogado en la costa de Francia me entristeció mucho y pensé en todos los refugiados que mueren día a día e hice la serie de mis barcos. Y como eso varias cosas.
¿Qué buscás que el público sienta o piense cuando se enfrenta a tu obra?
Busco una reacción para que no sean indiferentes.
Antes exponíamos con mucho público y sus devoluciones eran maravillosas.
Había risas, llantos y recuerdos de alguna leyenda.
Ahora con mis pares artistas es más difícil pero me siento muy agradecida si me dan su opinión.
¿Hubo algún momento que marcó tu camino como artista?
Mi camino como escultora primero lo marcó Cristina Constantino, íntima amiga de Julia Farjat. Luego con su desenfado y originalidad Claudia Fernández Farjat mi querida profe y por último la UNA. A Julia la admiro desde siempre por ser tan visible en este mundo tan machista cosa que está cambiando y ahora las muestras están llenas de mujeres. Y un recuerdo muy especial para Antonio Pujía, gran profesor y excelente persona.
